El mundo está dividido entre personas que creen en el destino y personas que creen en las decisiones que tomamos.
De cualquier modo, tu destino o decisión te ha traído a este pequeño rincón marcado por un estigma donde las reflexiones y los sentimientos son protagonistas.
Bienvenido al blog de una chica estigmada, una chica extremista e indecisa, sumisa de la música, las emociones y demás placeres de la vida.
Bienvenido a este desorden emocional, mi mente.







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sábado, 20 de diciembre de 2014

Nada se escapa a la imagen

Soy de las que piensan que sí se debe juzgar a un libro por la portada (no me sentenciéis, en el caso de las personas no opino lo mismo).
Pienso que hay que saber venderse, que el lector elija tu libro y no el de otro, que el "devora libros" pasee con mirada hambrienta entre las estanterías de la biblioteca y agarre tu libro como si fuera la mejor pieza de la sala. Y es cierto que han habido grandes historias que han permanecido y aún permanecen atrapadas y escondidas detrás de portadas que no les hacen justicia. Pero es que creo que si alguien no sabe dar la imagen que desea, ¿por qué debo de fiarme de su palabra?
Me encantan los autores que cuidan tanto a sus letras como a las portadas, pues quizás sus libros estén huecos, pero gracias a su portada se habrá conseguido que alguien más lea su historia.
Cuando hablé sobre esto hace unas horas, un amigo mío me preguntó que qué pasaba con los libros que no quieren dar una buena imagen y que sólo quieren llegar a un perfil muy concreto, aquellos libros para los que sólo era válido un número selecto de lectores. Le respondí con que no había hablado de ningún tipo de imagen, ni de qué se consideraba una buena imagen, pues que algo sea bueno depende de para quien, sobre todo si se trata de algo tan intangible como la imagen.
Para el caso de un autor que sólo busca a un grupo de lectores concreto, se crea una imagen con el fin de llegar a ese público tan selecto. Quizás para algunos, la portada no concuerde con la historia encerrada, pero para el lector que eligió el libro por su portada sí lo será.
El mundo en el que vivimos es por suerte o por desgracia un mundo de personas superficiales. Las personas no somos lo que decimos, sino cómo lo decimos y con qué gestos lo hacemos. Existe un sublenguaje en el que se encuentra la imagen, por lo que reivindico que se aproveche ese punto de vista superficial que tiene el ser humano, que aún siendo un defecto le saquemos partido.
Cuando vi este libro en la biblioteca de mi facultad me encantó, a la vez que consiguió que diera la razón a su nombre. "Nada se escapa a la publicidad", tampoco a la imagen.
En estas semanas yo sí me escaparé, en parte, de la publicidad, al menos de las clases de publicidad, aunque las eche en falta.



Una foto publicada por Carmen Cobain (@carmencobaindc) el

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