El mundo está dividido entre personas que creen en el destino y personas que creen en las decisiones que tomamos.
De cualquier modo, tu destino o decisión te ha traído a este pequeño rincón marcado por un estigma donde las reflexiones y los sentimientos son protagonistas.
Bienvenido al blog de una chica estigmada, una chica extremista e indecisa, sumisa de la música, las emociones y demás placeres de la vida.
Bienvenido a este desorden emocional, mi mente.







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miércoles, 29 de mayo de 2013

Melomanía.

Sonreía, mientras sus dedos se deslizaban por las teclas de su piano, formando sonidos que la atrapaban y le hacían entrar en un estado de éxtasis emocional.
Sus pupilas se dilataban al compás de cada nota.
Cada bemol era una razón más por la que esbozar una sonrisa, cada sostenido le hacía alcanzar el cielo con sus dedos ,y a la par,su corazón latía cada vez más rápido, siguiendo la melodía como si de un metrónomo se tratara.
Aquella chica era una melómana compulsiva, cautiva de cada sonido que transmitía su fiel amigo con tan solo acariciarlo. Había caído en las redes de las Musas del Olimpo .
Desde pequeña su sueño no era más que lo que estaba realizando en aquel preciso momento. Tocar por tocar, por sentir, por amar lo que hacía, por emocionarse cada vez que un do o un sol hacía vibrar su delicado tímpano. Sentía pasión por lo que oía , la sensación era indescriptible.
En más de una ocasión quiso describirla , sin embargo era tan incomparable que solo podía hablar de ella tocando y sintiendo lo que tocaba, dejándose llevar por aquel océano de notas con tanta fluidez con la que sus lágrimas brotaban de sus ojos. Lágrimas de alegría y pasión eran las que la acompañaban en cada canción. Y ella sabía por qué, porque no hay nada más bello que realizar aquello que te apasiona , que te hace grande y pequeño a la vez. Incomparable e indescriptible, la música era su ama y el piano, su amor platónico.

miércoles, 15 de mayo de 2013

Aquella pequeña gran cajita.

Personas, objetos, animales, ropa, mucha ropa, móviles de última generación...
Miles de cosas pasan a los largo de nuestra vida.
Mientras estoy escribiendo esta entrada, estoy sosteniendo sobre mis piernas un portátil negro no muy pesado, mientras llevo una chaqueta negra que me regalaron para mi cumpleaños hace un par de años y que me hizo muchísima ilusión tener.
Mis gafas creen que mi nariz es un tobogán y como siempre se deslizan hacia abajo, creo que a veces cobran vida y lo hacen para fastidiarme.
Tantas cosas hemos tenido, tenemos y tendremos que ya no hacemos cuenta de las cosas que hemos perdido.
Recordamos aquel juguete que tanto nos gustaba de pequeños, aquel que nos entretenía y nos hacía reír, en mi caso era una muñeca con un vestidito rosa y dos coletas a la que le puse de nombre "Lola", ahora no sé exactamente donde estará, ya no es una de mis posesiones más imprescindibles, pero siempre me quedarán los buenos ratos que pasé junto a ella.
El primer libro que leíste, el primer amigo que hiciste o la primera vez que miraste a aquel niño o niña en la guardería y te extrañaste cuando de repente descubriste lo que era el amor.
Hay tantas cosas que hemos tenido y vivido que harían falta dos mansiones de lujo para guardar ahí todo eso, pero os contaré un secreto, yo tengo guardadas todas esas cosas en una cajita muy pequeña, y tú también, ¿sabes de lo que te hablo? Hablo de la mente de los recuerdos que se guardan en ella.
En esa cajita puedes encontrar cosas muy pequeñas, diminutas, y cosas realmente grandes.
En ella se esconden sentimientos dignos de volver a sentir, y otros que hubiéramos querido no conocer.
Tu primer amigo, tu primer amor, la primera vez que se te calló un diente y amaneciste a la mañana siguiente con una sonrisa mellada al encontrarte una sorpresa debajo de la almohada.
Lecciones de vida que nunca se te olvidarán y que te ayudarán a no volver a caer en la misma piedra (o eso se supone).
Todos tenemos eso en común, todos tenemos esa pequeña gran cajita a la que tanto aprecio porque ahí está guardada toda nuestra vida y gracias a esos recuerdos somos de esta manera.
Sé que hay muchos que dicen que no se puede vivir de recuerdos, pero lo que no saben es que inconscientemente lo están haciendo, si esas experiencias guardadas en recuerdos hubieran sido de otra manera, quizás ahora seríamos personas totalmente diferentes a las que somos ahora en cuanto a personalidad.
No sé vosotros, pero yo me puedo pasar toda una tarde, incluso un día entero mirando fotos pasadas.
Puede que quizás sea por eso que me gusta tanto la fotografía y que no hay momento en el que no haga una simple foto que en el futuro pasará a ser un tesoro de un buen recuerdo guardado en nuestra pequeña gran cajita.



miércoles, 8 de mayo de 2013

No esperes a la esperanza.

¿Esperanza? ¿Para qué?

La esperanza es un sentimiento de cobardes, gente que no se atreve a realizar algo y se ayudan del tiempo o de la típica frase "Si Dios quiere..."

La esperanza es un sentimiento para ilusos, personas que acaban decepcionadas, sin ganas, sin esperar nada a cambio.

La esperanza acaba siendo un sentimiento para gente sin esperanza. !Sí! Es irónico, pero en los peores momentos, cuando no esperas nada, lo esperas todo. Cuando sientes que nada puede ir peor, esperas que mejore. El dicho "la esperanza es lo último que se pierde" te acompaña a todos lados.

La esperanza es un lobo con piel de cordero, un sentimiento que a primera vista es bueno, pero que nos esclaviza, nos hacemos sumisos de nuestras esperanzas, y muchas veces lo que esperamos nunca llega.

Según Nietzsche:  
"La esperanza es el peor de los males, pues prolonga el tormento de los hombres"
Tener esperanza no es malo pero... No dejes que se haga dueña de tu vida!




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